El (puente) Golden Gate
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El (puente) Golden Gate

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Hace veinte años, me mudé a unos 4,000 kilómetros, desde Atlanta a San Francisco. Era un gran cambio en mi vida, y estaba preocupado, pero acabé disfrutándolo mucho. Me encantaron muchas cosas de San Francisco, pero hoy quiero hablarles de mi sitio favorito, el puente Golden Gate.

¿Alguien de ustedes lo ha visitado? Durante mi primer año viviendo en San Francisco, veía aquel famoso puente dos veces al día, desde el autobús que cogía para ir y venir del trabajo. Era una experiencia diferente cada vez, porque San Francisco es una ciudad tan nublada que nunca se sabía qué tiempo hacía en el puente hasta que el autobús subía. 

A veces, durante los fines de semana, caminaba por el parque que estaba al lado del puente, o por la playa situada al otro lado. De vez en cuando, caminaba detrás del puente, a una distancia de un kilómetro y medio. Pero mi manera favorita de conocer aquel gran puente era en bicicleta. No era fácil, había que subir un poco, de verdad, pero sin duda valía la pena.  En bici puedes sentir el aire fresco y oler la niebla. Las vistas son fantásticas, por supuesto, y luego hay algo aún más emocionante: cuando desciendes rápidamente y te encuentras en un precioso pueblo decorado con acogedores restaurantes y heladerías irresistibles. 

La vuelta era algo aún más diferente, y no, esta vez no teníamos que subir en bici. Tomábamos un ferri que pasaba por la famosa isla de Alcatraz mientras disfrutábamos una cerveza en la cubierta superior. Llevé a muchos amigos a esta excursión cuando vinieron a visitarme, y les aseguro que todos lo pasaron en grande.

Como se puede imaginar, el Golden Gate es muy popular, y siempre que iba a visitarlo, había un montón de turistas. Pero a mí no me importaba, porque me había dado cuenta de que era un lugar especial. De hecho, llegué a pensar que la presencia de tantos turistas me recordó la suerte que tenía de vivir en un lugar tan bonito. Todavía tengo ese sentimiento aquí, en esta ciudad donde vivimos. A veces hay demasiada gente, es cierto. Pero la gente quiere venir aquí porque es un lugar hermoso y especial, y eso me recuerda lo afortunado que soy.

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