Para mejorar mi español he decidido elegir algunos temas de interés personal que no sean relatos directos de mi vida. Supongo que escribir un diario tiene sus limitaciones porque el proceso consiste en describir cosas ya conocidas, y entonces andas con una sensación de comodidad prestada, como de algo que no te pertenece. 

Hoy voy a escribir sobre Siembra, el clásico álbum de Willie Colón y Rubén Blades. El álbum me hace acordar del hombre que me invitó un helado en Ecuador*. Me preguntó cuantos años tenía (veintiuno, en ese momento). Hizo una pausa y replicó, “Yo cuarenta y uno, pero fresquito”. En  aquel momento, no me convenció, pero me parece que sus palabras son una descripción bastante digna para la obra maestra de 1978, que mantiene su frescura en sonido y significación. 

A mí me encanta la fluidez de “Plástico”, que habla de una cierta vanidad y consumismo que iba tomando forma en Latinoamérica con raíces de ciertas países occidentales (mírame, fingiendo ignorancia - pero no hay duda que el materialismo ha crecido y alcanzado una fascinación global que nos implica a todos). También disfruto de “Pedro Navaja”, una solución para los momentos en que no quieres leer, pero pero aún así, se te antoja un cuento con todos los ingredientes tradicionales.

Espero seguir aprendiendo más sobre la salsa, una forma de arte que me atrae con un magnetismo que no puedo explicar. Te dejo con un recordatorio para volver a visitar este hermoso albúm: https://www.youtube.com/watch?v=LcSdIQfNlKY&list=PLP0IenmeCOtwpVn-Yl0o455BSZ8hVLQCm

*Parece que no puedo evitar relacionar las cosas con la propia vida, qué narcisismo