"A Dios no le gusta lo feo" (God don't like ugly) es una expresión coloquial utilizada especialmente entre la comunidad afroamericana del sur de Estados Unidos. A pesar de su significado literal, no se refiere al aspecto físico, sino al comportamiento. Lo «feo» en este caso suele referirse a la maldad, la crueldad, la arrogancia o la hipocresía. La frase es una forma de decir que el mal comportamiento, especialmente cuando es malintenciado o vengativo, no pasará desapercibido ni quedará impune, si no es por las personas, será por un poder superior.
El origen de la frase es difícil de precisar, pero tiene sus raíces en las tradiciones morales afroamericanas que fueron moldeadas por la cultura de la iglesia negra. A menudo la usan las personas mayores o en situaciones en las que se juzgan en silencio las acciones de alguien. Por ejemplo, si alguien se está comportando de manera desagradable, es posible que se oiga a alguien decir "A Dios no le gusta lo feo", ya sea directamente a la persona o en voz baja. A veces va seguido de "Y tampoco le gusta la belleza" (And He ain’t too fond of pretty either), lo que añade otra capa: una advertencia contra la vanidad y un recordatorio de que las apariencias no lo son todo.
Como dicho, también podría ser A Dios no le gustan las cosas feas, con lo que se hace más claramente referencia a los actos bajos, inmorales, poco éticos... En general acciones de poca monta que suelen estar más o menos encubiertas o ser incluso toleradas en la sociedad, (pagar un soborno, adelantarse en la fila del banco, mentir para conseguir un pequeño beneficio, etc.). "Lo hacen todos, ¿por qué yo no?"