Cuando hablo español, la gente suele decirme que hablo “claro”, lo que significa que tengo un acento estadounidense pero no es tan fuerte. El otro día vi este video en YouTube, de una chica que aprendió el español más o menos por su cuenta. Ella dijo que si pudiera reiniciar su todo el proceso, elegiría de entrada un dialecto y un acento determinado.
Empecé a hablar español en el colegio, por lo que no pude elegir los términos de mi aprendizaje. Mi maestro era originario de los Estados Unidos, pero había pasado su adolescencia en Costa Rica. Él no hablaba como un nativo, pero tenía un muy buen acento. Nuestro plan de estudios seguía el español de España, y entonces aprendimos la forma vosotros, aunque rara vez la usábamos. Supongo que la gente en los audios también hablaban con acentos bastante genérico, como este video que me hace reír por su exactitud.
En mi último año de la universidad, tomé unos cursos de español, después de un intervalo de tres años. Mis profesores eran españoles y tenían un acento diferente al de América Latina, al que yo estaba acostumbrada. Por supuesto, el español hablado de América Latina no es monolítico tampoco. El último verano, trabajaba en Ecuador, y me parece que la tonada de la región serrana es uno de los más fáciles de entender (con el de la región costera, es otra cosa). Además, después de algunos años de estudiar el idioma, puedo reconocer los acentos más distintos, como el de la República Dominicana, o el de Argentina.
Hace un mes, resulta que conocí a una señora de México. Me dijo que hablo claro (¿Qué te dije?), pero que había aprendido español de España. No sé cómo llegó a esta conclusión (tal vez recogí más de lo que pensaba de mi clases en la universidad), pero si yo tuviera que describir mi acento en español, la palabra que me viene a la mente es simplemente: “confundido”.
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