Mi relación con el español de España 2/4
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Mi relación con el español de España 2/4

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Mientras yo vivía en Japón, conocí a algunos españoles en los intercambios culturales. Pero ellos hablaban japonés sumamente bien y no quisieron hablar en español, así que no tuve chance de practicar mi español con ellos. Entonces, yo hacía más amistad con otros hispanohablantes que no podían hablar bien japonés. La mayoría de ellos eran de Latinoamérica, especialmente de Perú. Como me hice muy buena amiga de un tal Nikkei de Perú, que me invitaba a sus reuniones con amigos, la mayoría de los cuales también eran de Perú. Mi mundo en español se quedó así, carente de la exposición al idioma y la cultura de España.

Sin embargo, en los últimos años, mi ambiente ha cambiado de manera extraordinaria: me mudé de Japón a un país hispanohablante del Centroamérica. Poco a poco, mi español empezó a mejorar. Puedo decir que el progreso fue mucho más notable en los últimos cinco años y con ello, la impresión que tenía del español de España comenzó a cambiar.

La mejora se debe no solo a la ventaja de vivir en un país hispanohablante, sino también a la aplicación Hello Talk que comencé a usar poco después de mudarme. Creo que Hello Talk me ha cambiado la vida. Allí empecé a comunicar con hablantes de Español de todas partes del mundo. Estuve expuesta a todos los acentos que existían sin querer. Me di cuenta de lo poco que sabía del idioma y de las culturas hispanohablantes. Traté de expandir mis límites y por primera vez en mi vida, tuve un intercambio con un español durante un largo período de tiempo. Claro, él me hablaba despacio, pero allí empecé a acostumbrarme más al acento español.

Mi exposición a los diferentes acentos aumentó incluso más tras la integración de las nuevas funciones de dicha aplicación, "Sala de voz" y "Vivo," que añadieron hace más o menos dos o tres años. Sala de voz/Vivo me dejaban oír a las conversaciones de cualquier grupo de gente con o sin participación por mi parte. Al principio, me metía en cualquier sala en la que los hispanohablantes se unieran para conversar. Escuchaba la conversación como si fuera una radio. A veces participaba, pero me gustaba más, solo escuchar mientras hacía mis tareas.

Eran conversaciones casuales con audio no tan claro o con mala conexión mientras gente no paraba de entrar y salir de la sala. Todos tenían diferentes niveles de volumen de micrófono y no toda la gente hablaba con audífonos, así que era común que oyera los ruidos del ambiente mientras hablaba. Desde luego, muchas veces fue desafiante entender la conversación o lo que estaba pasando. Sin embargo, esto fue una excelente actividad para mejorar la escucha y entrenar la comprensión auditiva en español.

A veces, había salas donde solo se reunían los españoles. Es decir, los participantes en el escenario con micrófono abierto eran todos con la bandera de España. Imagino que la diferencia de horario dificultaba que españoles se reunieran con hispanohablantes de otros países al mismo tiempo. Lo que quiero decir es que dichas salas de los españoles eran tanto las más difíciles como las más intrigantes para mí. A pesar de la dificultad de comprender las conversaciones, me encantaba acudir a esas salas, ya que podía oír charlas reales.

Continuará...

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