El Sabor de Las Palabras #1
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El Sabor de Las Palabras #1

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Imagínate cómo te sentirías si cada palabra que escuchases tuviera un sabor. Eso es lo que le pasa a Aemilia, una joven mexicana. Esta entrada se basa en uno de los episodios de Radio Ambulante, mi programa favorito, llamado "El Sabor de Las Palabras."

Aemilia no nació con este nombre sino con un nombre diferente: Cecilia. Para ella, no había nada más que cambiar su propio nombre porque le olía muy mal, como saliva seca sobre la almohada... Sí, esa era exactamente cómo Aemilia nos describió el olor de su nombre.

Aemilia creció creyendo que en este mundo todas las palabras tienen olores y sabores. La palabra "quince" le huele a piña, "taxi" era la pizza de jamón, y el número ocho sabe a espagueti con catsup, algo que comía mucho de niña.

Ahora, podía pensar que "oye, es maravilloso. Todo está rodeado de olores y sabores deliciosos." Pero, no es tan simple. Algunas palabras si le huelen mal, como basura. Aemilia a veces no podía disfrutar de la comida porque cada vez que escucha las palabras con olores feos, se mezclan. Se mezclan los olores o incluso los sabores de palabras con los de la comida. Y Aemilia lo sentía todo. O, por el contrario, tenía ciertos antojos fuertes, más allá de poder controlarlos. La hora de matemáticas en la escuela siempre le causaba mucha hambre. Regresaba corriendo a casa y le pedía a su mamá que cocinara espagueti con catsup porque escuchó (había escuchado) muchas veces el número ocho durante el día.

Cambiarse el nombre, como puedes imaginar, no fue muy fácil. En primer lugar, nadie entendía porqué ella quería cambiar su nombre. Y además, aunque Aemilia trató mucho de explicar lo que le estaba pasando, los demás pensaban que era "muy creativa" porque ella era chiquita... Y los niños suelen imaginar cosas que no existen, no? Así que, Aemilia no podía hacer nada más que aguantar, con un pequeño esfuerzo en siguió tratando de pedir a los demás cambiar su nombre cada vez que tenía oportunidad.

Desde la universidad, Aemilia creía que lo que tenía era sinestesia, una condición que tienen las personas con sensaciones distintas cuando escuchan las palabras. Algunas personas sienten las formas de cosas en las manos, y otros ven colores cada vez que escuchan las palabras. Aemilia se tropezó con este concepto de sinestesia en una clase de literatura y que los artistas suelen tener esta condición más que la gente en otros campos. Cuando piden hacer una lluvia de ideas de asociaciones de sinestesia, a Aemilia se le hizo facilísimo -- solo tuve que decir lo que sentía con las palabras.

Por eso, Aemilia empezó a explicar a su familia que ella podía tener sinestesia y esa era la razón por la que esperaba que ellos la llamaran Aemilia, el nombre con el olor de vainilla. Pero otra vez, falló.

Un día, Aemillia decidió hacerse unos análisis clínicos. Aemillia visitó con su amiga la consulta de la doctora, la especialista en problemas neurológicos. Después de una serie de preguntas y pruebas, encontraron algo inusual en el cerebro de Aemilia: su cerebro no tenía suficiente riego sanguíneo debido a los dos de venas.

En eso momento, nadie estaba seguro si esta condición era un tipo de variante anatómica y en su cerebro nunca había crecido estas dos venas, o si era un indicio (una posibilidad) de un gran problema, como un trombo, y que le bloqueaba el flujo sanguíneo. De ser así, significaría que Aemilia tenía una bomba de tiempo.

Por eso, Aemilia tenía que hacerse una prueba más completa en otro hospital. Mientras esperaban el resultado, visitó con su amiga a la familia. En este viaje, ellas descubrieron que la madre de Aemilia también tenía, aparentemente, (aparentemente), sinestesia. Les dijo que ella ve colores cuando escucha música. Sí, otra forma de sinestesia. Sinestesia es una condición muy genética, y puede ser que Aemilia lo hubiese heredado de su madre. Su madre nunca lo mencionó, porque pensaba que era normal, al igual que la pequeña Aemilia lo creía. Esta revelación les permitió entender más, o por lo menos, hablar en la familia, incluso papá y la hermana mayor de Aemilia, porqué era tan importante para Aemilia cambiar su nombre.

Lo entendieran o no, parecía que todos los miembros de la familia empezaron a intentar llamarla Aemilia.

(Continuará en la próxima publicación.)

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