La muerte del comendador (3), en continuación de https://journaly.com/post/15007.
Pocos días después el protagonista otra vez se despierta en mitad de la noche, pero esta vez no es por un ruido.
El reloj junto a su almohada marca la una de la madrugada y por las ventanas puede ver el valle bajo una luna casi llena.
No sabe por qué se ha despertado. No puede oír ningún ruido. Pero algo parece fuera de lo normal: un silencio demasiado profundo. El canto de los insectos, que normalmente se puede oír durante toda la noche, se ha callado.
El silencio lo vuelve nervioso. Se levanta y va a la cocina para servirse un whisky. Después, toma el vaso y sale a la terraza para escuchar. No puede oír un solo insecto pero entonces oye un ruido desconocido, apenas perceptible. Es un débil timbre que no sería audible sin la ausencia del canto usual de los insectos. Suena a intervalos, interrumpido por pausas largas. El sonido parece producido por algún instrumento, parece producido por una campanilla.
Gracias a la luna la noche está bastante clara. Su curiosidad es más grande que su miedo, se pone un jersey, coge una linterna y sale de la casa para buscar la fuente del ruido.
Detrás de la casa hay una pequeña escalera de piedra. La sube y sigue una pista por el bosque hasta un claro, que ya ha visto antes. El sonido ahora parece más cercano, pero a pesar de la luna no puede atisbar ninguna persona y ningún instrumento.
Él sigue buscando un rato con su linterna y por fin encuentra el origen del sonido:
El timbre de la campanilla parece salir de un túmulo de piedras cuadradas, de un lugar oculto en el subsuelo.
La próxima parte: https://journaly.com/post/15359
Hay unos pocos errores sin importancia pero en general la gramática está muy bien y tienes un vocabulario muy rico
@Nerea:
!Gacias!
¿Has leido algo que suena raro o que se escribiría diferente en España?