La muerte del comendador (4), en continuación de https://journaly.com/post/15242
El protagonista se acostumbra a su nueva vida retirada en mitad de las montañas. Pasa mucho tiempo en el estudio delante del caballete, pero parece haber perdido el hilo y solo reflexiona sobre su incapacidad de comenzar con la pintura de nuevo. En su vida anterior, antes de su divorcio, se ha dedicado a pintar retratos. Ha trabajado con una agencia que se ocupaba de los encargos. Hacer retratos no es exactamente una forma de arte que le interesa, solo servía para ganarse la vida.
Por la tarde, cuando no necesita dar clases de pintura, le gusta escuchar música. Ha encontrado una gran colección de cedes de Tomohiko Amada en el salón, que contiene una cantidad de música clásica, especialmente operas. Una obra que llama su atención es Don Giovanni de Mozart. Le da cuenta que la contiene la escena de un asesinato que le recuerda bien al cuadro titulado La muerte del comendador, que ha encontrado descubierto en el desván. ¿Puede que Tomohiko Amada ha tomado aquella escena y la ha transformado en una pintura del estilo japonesa tradicional?
De vez en cuando, al atardecer, el protagonista se sirve un whisky para tomarlo en la terraza. Hay una tumbona de Tomohiko Amada ahí, en que se puede sentar para contemplar el paisaje. La casa se encuentra en un valle boscoso. Entre los árboles, a lo lejos, se puede atisbar el mar. A cierta distancia se pueden ver otras casas y una de esas despierta su interés: Es una casa grande, blanca, situada un poco más cuesta arriba. Cuando oscurece siempre está bien iluminada y entonces se ve como un barco. A veces él puede ver una figura allí. No puede reconocer ningun detalle, pero parece un ser humano, que - como él - se encuentra en una terraza contemplando el valle.
Al otro día el teléfono suena. Es su agente. Dice que le ha costado mucho averiguar el número de teléfono de la casa de Tomohiko Amada y que tiene un nuevo encargo para él. Hay un cliente que quiere un retrato, dispuesto a pagar una cantidad considerable. El protagonista menciona que ha acabado pintar retratos, pero el agente dice que ya lo sabía, pero el cliente ha insistido en que le llamara y ofrece una cantidad de dinero extraordinaria. El agente indica la suma y el protagonista contesta que necesita algunas días para pensar.