La muerte del comendador (2), en continuación de https://journaly.com/post/14992.

La imagen está pintada en el estilo de la pintura japonesa tradicional y muestra la escena de un asesinato. Un hombre viejo, vestido de blanco, con barba, tiene una espada clavada en su pecho. Su herida está expulsando una fontana de sangre. Un hombre más joven, el asesino, vestido de verde, tiene la espada en sus manos. Una mujer, un poco detrás de la escena, estira sus manos en el aire en un gesto de sorpresa y miedo. Hay dos testigos más: Un hombre que parece ser un servidor y una figura que se encuentra en la última esquina del cuadro. Está observando la escena, pero solo muestra su cabeza por una trampa de madera en el suelo.

El protagonista está muy impresionado por aquella pintura. La adosa en la pared del estudio y lleva unas horas contemplarla.

El otro día, cuando tiene su clase de pintura, compra un libro sobre Tomohiko Amada. Él quiere saber más sobre la vida del pintor en cuya casa está viviendo, pero no encuentra mucho:

De joven, un poco antes de la Segunda Guerra Mundial, Tomohiko Amada estudiaba en Vienna, Austria. Entonces pintaba en un estilo moderno, oeste, pero después de haber regresado a Japón, empezó a pintar en la manera de la pintura japonesa.

Durante la guerra llevaba una vida retirada. Su carrera como pintor comenzó en la posguerra.

La próxima parte: https://journaly.com/post/15242