Me di cuenta de que a la gente le apetecía leer mis artículos sobre la música. Por eso quiero escribir más sobre este tema. Este artículo es la introducción de mi próximo artículo.
Entonces... Turquía. El año 2012. Tenía dieciocho años. Mis mejores vacaciones con mi familia. Fui con mi papá, mi hermana, mi hermanastro, la mujer del papá, sus dos hijos, mis tíos, mi primo y dos primas. Mi padre y mi madrastra aman pasar las vacaciones en un hotel tipo "all inclusive", por eso una vez más fuimos a vacaciones parecidas. A mí no me gusta pasar mis vacaciones de esta manera. ¿Entonces, por qué ese verano me gustó tanto? Lo describiré ahora mismo. En esas dos semanas conocí a dos hermanas de Dinamarca (una de ellas tenía un nombre que parecía un nombre de una sustancia química, lol. "Penyla" o algo parecido), después la otra (quería ligar con ella, pero después me enteré de que tenía trece años, lol. Renuncié súbito). Conocí también a unos turcos: uno era animador del hotel y era extremadamente divertido, nos divertíamos cada noche cuando hacían un show en el escenario. El otro turco muy memorable era un servidor del hotel. Tenía un bigote típico de adolescente. Él tenía unos diecisiete años, y mi hermana (que tenía quince años) decía que este chico era un pedófilo. Lo decía porque en su opinión sólo los pedófilos tenían un bigote así y además él intentaba ligar con ella, porque una vez le mostró su conocimiento de unas palabras en polaco. Y ella pensaba que si alguien mayor que ella ligaba con ella, era un pedófilo. Jaja. Conocí a otro turco muy memorable, pero escribiré de él más tarde. Conocimos también a una chica polaca que vivía en Islandia. Brrr, que frío. Al menos llegamos a saber algo sobre Islandia - lástima que no recuerde nada de lo que nos contó.
El lugar de esas vacaciones es muy importante en toda esta historia. Esas aventuras no podían pasar en otro país. Ahora os cuento todo. Vivíamos cerca de una ciudad llamada Alanya. A veces íbamos en autobús a Alanya. Para llegar a la parada, había que pasar por una calle llena de negocios para los turistas. Uno era una agencía de viajes que nos organizó un viaje a un parque acuático. El parque fue guaísimo, es que... Fuimos a este parque en un autobús pequeñito y viejito. Pues, bien, sencillamente tenía que llevarnos al parque y ya, no tenía que ser supernuevo. El conductor era uno que sonreía siempre en su espejo y siempre le hacía reír a mi padre, porque tenía los dientes muy... particulares :P Me hacía reír a mí también, pero hasta un cierto momento. En un instante salimos de una calle normal (fuera de la ciudad) y entramos en una calle dejada, una calle en un pueblo, con muchos agujeros. Mi padre seguía riendo, pero yo me asusté, porque ese viaje extraño, por campos desiertos, duraba tanto tiempo... Pensaba que nos llevaría a un campo de concentración, donde moriríamos. Pero no, resultó que sencillamente había otro hotel muy lejos, en uno de esos pueblos. Madre de dios... Además de este negocito amablísimo, en esa calle cerca de nuestro hotel había una tienda de zumos de naranja. Vosotros probablemente no lo comprenderéis porque en vuestros países hay buenas naranjas, pero en Polonia no. Para nosotros beber zumo de naranjas turcas fue una maravilla total.
Otras historias épicas pasaron en la ciudad. El lugar principal: EL MERCADO. Los vendedores te llaman, como si fuerais amigos: "Hi, hello my brother! My brother from another mother!". En una de estas tiendas el vendedor me propuso un precio muy, muy alto por una camiseta, alrededor de 40 euros, mientras que en otros negocios costaba 5 o 6 euros. Por eso le dije que el precio era muy alto y quería irme, pero él quería saber mi propuesta. Le dije: 6 euros. ¿Su respuesta? "¿6 euros?" y me mostró el gesto de "vete", jaja. En otra tienda mi hermana quería comprar zapatos. Se encontró un par que le gustaba y preguntó por el precio. Era demasiado alto y no teníamos ganas de regatear (somos polacos, regatear no es nuestra naturaleza), pero él quería saber nuestra oferta. Dijimos: "no, no, no, nos vamos". En ese momento él tomó el zapato y diciendo "You say price, I say OK" ccomenzó a pegarse a sí mismo en su cabeza calva, jajaja, y después a pegarme a mí en el brazo, con este zapato, jajaja. ¿Qué vendedor tan profesional! Y ya la última historia, porque el artículo es muy, muy largo: mi padre fue a una tienda de alcohol y compró una botella de vino. Tenía que litigar con la vendedora porque quería sacarle unos euros de más. Ehhhhh.
Gracias por leer. El próximo artículo será sobre un grupo musical que conocí durante ese verano ;)
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1. Soy un estudiante intermedio de español. Si hay errores, decidme dónde y haré las correcciones.
2. Quería escribir como lo hacen los españoles. Entonces si escribí algo poco natural o natural, pero no como lo diría un español, podéis corregirlo ;)