El viento me toca despacio,
me habla de un lugar.
Tiene un acento lejano,
que no sé olvidar.
El lago me mira en silencio,
guarda todo lo que callé.
Bajo el agua dejo el miedo,
y el deseo de volver.
Las flores siguen su rumbo,
cruzan el aire sin dudar.
Yo también quisiera hacerlo,
pero no puedo volar.
Y mientras el tiempo pasa,
aprendo sin preguntar:
hay amores que no gritan,
solo aprenden a esperar.
P.D como estoy aprendiendo a hacer animación, hice un poema visual. Cuando lo acabe, os lo enseño.
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