Historia de fondo: En 2015 vi en el cine la película Mad Max: Furia en el Camino. Me encantó. Primero porque es una película perfecta para ver en el cine por su impactante fotografía y el ambiente imaginativo y absorbente en el que tiene lugar. Pero más allá de la acción cautivadora, que realmente es notable, trata temas como la redención, la pérdida y el matriarcado. Y por supuesto, el mundo de Mad Max está lleno de esa creatividad característica que lo define (simplemente por su gran atractivo visual). Mi esposo (que no era mi esposo en ese entonces) me dijo que él también había visto la película, en casa con su madre y su hermana, y que todos ellos la odiaron (¿Cómo me pude casar con alguien que tiene tan mal gusto en cuanto a películas? No lo sé).
Avancemos hasta hace 3 días: saqué de la biblioteca la siguiente entrega de la saga de Mad Max, que es una precuela de Furia en el Camino titulada Furiosa: de la saga Mad Max. La vimos juntos y estuvimos de acuerdo: es excelente y súper emocionante. Esto le motivó a darle una segunda oportunidad a Mad Max: Furia en el Camino. Así que volvimos a la biblioteca a recogerla y a él terminó encantándole.
¿Por qué? La verdad es que la gente se permite cambiar de opinión, pero estoy aquí para practicar expresándome en español así que voy a rumiar esto más de lo necesario. Entonces, ¿qué más?
1. Puede que hace 10 años, él tuviera gustos un poco más pretenciosos. Y sí, creo que es normal pasar por una etapa así, en la que uno no se permite disfrutar visceralmente de la cultura pop.
2. El poder de la sugestión. Recuerda: él había visto la película en casa con su madre y su hermana. Si alguien se quejó o le pareció aburrida, podría haber influido en su opinión de la película (¡¡¡injustamente!!!).