No es que en algún momento decidamos convertirnos en unos fumadores. Simplemente hacemos un experimento fumando nuestros primeros cigarrillos. Y como saben a mierda estamos convencidos de que podemos dejar de fumar en cualquier momento.

Lo normal es que fumemos esos primeros cigarrillos solo cuando lo queremos y suele ser en la compañía de nuestros amigos en ocasiones sociales.

Pero antes de darnos cuenta, los cigarrillos no solo los compramos regularmente y los fumamos cuando queremos, sino que los fumamos cada día. El fumar se ha convertido en una parte integral de nuestra vida. Nos aseguramos de que siempre tengamos cigarrillos.

Creemos que el fumar mejora las ocasiones sociales y las comidas y que nos ayuda a disminuir el estrés. En realidad el fumar nunca fue capaz de mejorar la comida o una reunión de amigos, ni tampoco aliviar el estrés.

¡Qué va! Lo que pasa es que los fumadores simplemente creen que no van a poder disfrutar la comida sin fumar o pasar por el estrés sin fumar.