No quería abrir los ojos. La luz iluminaba la habitación y no pude menos que gruñir. He tenido pavor por la llegada de este día, y ya ha llegado sin importar si quería o no. Me di la vuelta en la cama, cubriendo la cara con las mantas. Tal vez pudiera fingir que fuera otro día.
El gran 3-0.
Nunca veré otro día de los 20. Ya he llegado a mi fecha de vencimiento. Mis pensamientos no dejaban de molestarme, y la sensación de pavor me invadió el cuerpo al pensar en la idea de encontrarme con mi familia más tarde. Me obligué a sentarme y tomé una bocanada de aire antes de abrir los ojos.
Estos últimos años he estado absorta en mí misma. No he hablado con mis viejos amigos y mi relación con mi familia ha empeorado. El sonido de mi teléfono me llevó de vuelta a mi habitación y podía ver las letras iluminadas en la pantalla. Madre.
Aunque hacía años que no teníamos una conversación real, ella seguía haciendo cosas así para no sentirse culpable. Pensaba que el acto de llamarme significaría algo para mí. Pero no fue así. En realidad, significaba algo para sí misma. No era capaz de darme la interacción sincera que yo deseaba, y no tenía ganas de obligarme a ser otra persona por teléfono para que mi madre pudiera evitar su culpa ridícula.
Por lo menos no tendré más recordatorios de mi edad hoy.
Me levanté de la cama y fui a ducharme para enfrentar otro maldito día.
!!!Feliz cumpleaños!!!🥂 (con retraso, creo)
En realidad, es hoy. Muchísimas gracias💛😊