Tú y yo nacimos en mismo instante, al principio del universo. Desde aquel momento, siempre nos hemos mantenido juntos en los flujos tempestuosos del espacio-tiempo. Renacemos y volvemos a renacer. Hemos pasado docenas, cientos, miles, millones de vidas juntos.

Te he encontrado en los lugares donde te esperaba.

En el abrazo de un familiar.

En la risa de un amigo.

En mis momentos de triunfo.

Te he encontrado en lugares donde no te esperaba.

En la mirada fugaz de un desconocido.

En palabras de una voz muy lejana.

En mis momentos de desesperación.

Deben ser nuestros destinos. Seguiremos renaciendo millones de veces más, y te prometo que en cada vida te buscaré—con el profundo entendimiento de que tú me buscarás también.

Y viviremos juntos, hasta el fin de los tiempos. Y cuando todo lo que hay en este universo deje de existir, aún estaremos juntos—de esto estoy segura. Yo contigo y tú conmigo, abrazándonos hasta el final.