Elegido a la presidencia de El Salvador en 2019, Nayib Bukele se ha convertido en una figura polémica en Latinoamérica por sus duras medidas de seguridad contra el crimen organizado.
En 2018, antes de llegar Bukele a la presidencia, El Salvador tenía el dudoso honor de ser el país con la mayor tasa de homicidios al año en el mundo. El crimen organizado era el motor que impulsaba la emigración de cientos de miles de salvadoreños a los paises norteños como EEUU.
Desde el principio de su mandato, Bukele lanzó una campaña para reducir el control de las pandillas sobre El Salvador, movilizando las fuerzas armadas y la policía nacional para acorralar, aislar, y llevar presos a los pandilleros.
En marzo de 2022, después de que en un solo día fueron asesinadas 62 personas en el país, la asamblea legislativa salvadoreña convocó un voto especial para implementar el llamado "régimen de excepción" durante 30 días, bajo el cual se suspendieron varios derechos constitucionales de los salvadoreños para facilitar la captura de los pandilleros.
Hasta ahora, el régimen de excepción se ha renovado 17 veces consecutivas. Para julio de este año, 71.976 personas habían sido detenidas desde el comienzo de la emergencia bajo sospechas de ser pandilleros. Una masiva cárcel fue construida para detenerlas.
A pesar de las protestas de familiares de presos que dicen ser inocentes, y de las amplias críticas de otros países, Bukele mantiene altos niveles de aprobación de la gente de El Salvador en vista de las llamativas mejoras en la seguridad.
Super, Palabritas.