El viaje - la parte 1
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El viaje - la parte 1

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El jueves pasado regresé a Vancouver y así terminó mi primer viaje a Croacia desde dos mil diecinueve. Fui con mi esposa Gabriela y nuestra hija Tessa. Tessa tiene nueve meses y este era nuestro primer viaje con ella. Antes del viaje, Tessa solo conoció a sus abuelos y tíos por video llamadas y toda la familia la quería ver y conocer.

Compramos los billetes en febrero pero no lo dijimos a nadie porque les planeamos sorprender. Rajna, la hermana de Gabriela, se casó con su esposo Marin el tres de junio y queríamos ir a su boda. Mi abuela también tenía muchos problemas con su salud, el cáncer y las metástasis, y quería verla. Unos días antes del viaje tuvimos que decirles porque la familia de Gabriela pensaba irse a su apartamento en la isla Pag, así que no estarían en Zagreb si no les habíamos decido. Todavía era una sorpresa muy bonita y todos estaban emocionados.

Nos fuimos el veintitrés de mayo y nuestro vuelo para Frankfurt salió a las cinco y media de la tarde. El vuelo de más de diez horas nos ponía muy nerviosos porque viajamos con un bebé por la primera vez y no sabíamos como va a comportarse. El viaje empezó de la forma mala porque el personal de la aerolínea era muy confundido y me parecía que no entendían inglés muy bien. Eso nos enojó pero finalmente nuestro coche (para el bebé) estuvo en su bolsa y facturado en la puerta, y también nos permitieron llevar la silla infantil al avión. Sin embargo, tuvimos que llevar dos mochilas extra porque no nos entendieron cuando les dijimos que las quisimos facturar.

El vuelo era largo y dos cosas nos enojaban - no había bastante espacio para encajar la silla infantil y un niño de cinco años siguió abriendo la persiana y cada vez que lo hecho Tessa empezó a llorar. Después de que él se durmió, Tessa durmió cinco horas sin despertarse y la mayoría del vuelo pasaba bien. Gabriela también dormía pero yo no porque nunca puedo dormir en el avión.

Desafortunadamente, al llegar a Frankfurt nos dimos cuenta que el personal de la aerolínea había marcado mal el cochecito y no lo podríamos recuperar en Frankfurt, sino en Zagreb. Así que teníamos que caminar por todo el aeropuerto de Frankfurt, un aeropuerto gigante, con Tessa en la silla infantil y cuatro mochilas. Estaba una experiencia muy mala. El personal en Frankfurt era mejor y logramos facturar dos mochilas extra y otra vez nos permitieron llevar la silla infantil al avión. Después de la escala de cinco horas entramos al avión y esta vez había bastante espacio para la silla. Ese vuelo era mejor que el primer pero en Zagreb una sorpresa desagradable nos estaba esperando.

Otra vez el coche para el bebé no estuvo enfrente del avión y cuando lo recuperamos era roto. Además, esperábamos el equipaje más de treinta minutos y después tuvimos que reportar el daño. Llegamos a nuestro Airbnb a las nueve y media de la tarde y estábamos muy cansados. Solo pasamos un poco de tiempo con los padres de Gabriela y su hermana Tara después de que su papá nos llevó al apartamento.

Al final, el viaje era largo y estábamos muy cansados pero también estábamos felices de estar en Zagreb, nuestro primer hogar y la ciudad donde viven nuestras familias y muchos de nuestros amigos.

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