Últimamente he estado pensando en el tema de “allyship” (alianza). Según Wikipedia, esta idea es cuando los miembros de un grupo social (como los hombres o los heterosexuales) dan apoyo a los demás que no son un parte de su propio grupo. Por ejemplo, cuando los hombres que tienen privilegio ayudan a las mujeres que no han tenido las mismas oportunidades o las que han sido víctimas de la discriminación.

Vi un video (este TED Talk) de Melinda Epler en lo que compartió su experiencia como una ejecutiva en una empresa y como se sentía cuando dio una presentación importante. Resultó que los hombres no la escucharon y estaba mirando a sus móviles cuando ella estaba hablando. Desestimaron sus ideas, pero cuando un hombre dijo la misma idea que ella ha planteado, los demás la apoyaron. Esas actitudes dañaban su confianza en ella misma, su impacto y su rendimiento.

Quizá estés pensando que este no ocurra en tu trabajo, equipo o familia. Yo pensé lo mismo. Soy un hombre y trabajaba por y con mujeres impresionadas, y pensé que ellas nunca tenían que afrontar una falta de respeto o ninguna forma de discriminación. Estaba equivocado.

Cuanto más aprendo sobre este tema, más me doy cuenta de que tengo que hacer algo. Creo que la igualdad y la dignidad humana son importantes y aunque hoy en día mi país tiene leyes contra la discriminación, todavía tenemos ideas preconcebidos sobre los papeles de las mujeres y de los hombres. En la empresa en la que trabajo, más que cincuenta por ciento de los empleados son mujeres, pero hay muy pocas en los equipos ejecutivos.

En el video, Melinda Epler dijo que cometemos un error cuando pensamos que la diversidad e inclusión son proyectos pequeños sobre lo que la gente del departamento de diversidad trabaja, un lugar de un trabaja dentro todos que tenemos que hacer juntos. Ella plantea tres cosas simples que podemos hacer para ser aliado, no solo para mujeres, pero para todos los grupos subrepresentados:

1. Empieza por no hacer daño. Presta atención y no interrumpas

2. Aboga por los grupos subrepresentados, en maneras pequeñas como llamando a la atención cuando hay una falta de respeto o chistes inapropiados

3. Cambia una vida. Sé una mentoría o un voluntario y ofrecete tu ayuda a los demás

A mí me parece que estas acciones son simples y factibles. Son simples para decir, pero no hará ninguna diferencia si no las hacemos. Además, quiero añadir un cuarto consejo. Haz normal las conversaciones sobre la alianza. La semana pasada conversé con unos hombres en mi trabajo sobre como podemos ser mejores aliados, y aunque todos sabían que este era un asunto importante, todos sentíamos un poco incomodo en la discusión. Sin embargo, continuamos y acordamos que hay cosas que podamos hacer hoy, mañana y el día siguiente. Con esos pasos pequeños, esperamos que podamos ser mejores aliados.

* Imagen por Hannah Busing en Unsplash