Es la una de la mañana y me he despertado. Hay algo de pie en el umbral de la puerta y puedo ver su silueta. No parece humano porque tiene la cabeza demasiado grande y el cuello demasiado estrecho y largo. También tiene las manos hinchadas como si algo les hubiera caído encima hace poco. Imagino que me esté fulminando con la mirada aun si no lo puedo saber por la oscuridad de la estancia. La figura no se mueve, y no sé qué debo hacer. Quiero gritar, pero reina el silencio y no quiero quebrarlo.
Estoy seguro: esa cosa no es humana, ni por asomo. ¿Qué debo hacer?
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