El gato estaba a mi lado, fulminándome con la mirada. ¿Qué quería él? Ya había almorzado. Doy de comer a mi gato dos veces al día, así que no podía ser eso lo que le estaba molestando. Puede que no hubiera ido afuera ese día, pero estaba lloviendo y no quería que mi gato se mojara, y creo que ni él lo quería.
Os voy a contar lo que pasó después en el próximo capítulo, porque estoy cansado por escribir algunos frases.
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