Una chica, en realidad. Olivia Farnsworth, de 11 años. Ella es tan misteriosa porque nadie en el mundo, ahora, o a lo largo de la historia, ha tenido su condición. Le falta el cromosoma 6 - no demasiado inusual, pero manifestó los tres síntomas posibles. Eso hace que Olivia Farnsworth sea única.
De bebé, nunca lloraba. A la edad de seis años, se abrió el labio. Los médicos tuvieron que operar. Indiferente al dolor, Olivia no recibió anestesia.
Más tarde fue atropellada por un coche y arrastrada unos 100 pies (30 metros). La piel fue arrancada de la sección media y el pie. Aparte de la curiosidad leve, Olivia no se divirtió. Se levantó y se alejó. Síntoma uno.
Después de lograr la edad madura de nueve meses, Olivia perdió todo el deseo de dormir. No hay siestas. No hay necesidad de cuentos para dormir. Después de tres días y noches de actividad continua, los médicos decidieron darle medicación a Olivia. Al menos sus padres podrían dormir un poco. Adelantar otros diez años, y ella todavía está tomando la medicación. De lo contrario, Olivia podría nunca dormir. Síntoma dos.
A Olivia no le gustaba la comida para bebés. Quería batidos. Solo batidos. Cuando no recibía uno, Olivia esperaba. Ella no iba a comer nada más. Sus padres decidieron retener sus comidas, esperando que el hambre la llevara a comer algo más nutritivo. No, eso tampoco funcionó. Olivia no tenía ningún deseo de comer - sólo para experimentar el sabor alegre del azúcar en su paladar. Síntoma tres.
Hoy, Olivia, con medicación, duerme unas seis horas por noche. Ya no es adicta a los batidos, se está pegando con la sopa de pollo; al parecer, las frutas, verduras y granos enteros todavía no son de su agrado. A veces violenta, Olivia no se preocupa por golpear o patear a la gente. Incapaz de comprender el dolor, no tiene reparos en infligirlo a otros. Y sus padres tienen que llevar a Olivia al médico regularmente, simplemente porque no puede sentir los síntomas de la enfermedad.
Lo que el futuro le depara a Olivia mientras experimenta la adolescencia, la adultez y la vejez es un misterio. Esperemos que su singularidad sea una bendición.