“¿Puedo acompañarlos?”: Parte 4
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“¿Puedo acompañarlos?”: Parte 4

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Recibí una notificación de mensaje en el chat grupal de la clase de entrenamiento en barra.

La empresaria del gimnasio, nos preguntaba si queríamos inscribirnos en la segunda fase del curso. El hermano de mi novio respondió que sí quería, pero yo no respondí.

Luego, el hermano me mandó un mensaje por Instagram preguntándome si yo iba a seguir con las clases, y entonces decidí tener esa conversación con él sobre mi incomodidad por hacer las clases con él.

El hermano me preguntó si era por eso que en un principio no le había invitado a venir a las clases conmigo.

Le dije que no pensé en invitarle a la clase porque quería hacerla como otra forma de ejercicio y cuando se expresó que quería hacerla también, yo no sabía que había sido raro dado que la clase se suponía que era el entrenamiento en barra y no la pole dancing.

Pero, cuando me di cuenta de que la clase era más sensual y como la pole dancing, empecé a sentirme incómoda. También, le expliqué al hermano que es inapropiado hacer juntos ese tipo de actividad.

El hermano se hizo muy decepcionado y triste y desde esa conversación se comportaba muy raro.

Hicimos la última clase del paquete y vino a mi casa antes del clase pero no habló conmigo. Ese fin de la semana, de costumbre fui a su casa para pasar tiempo con mi novio.

El hermano seguía comportándose raro y no hablaba mucho conmigo entonces, le di espacio.

El sábado, mi novio y yo invitamos al hermano a acompañarnos en ir a la competición de surf. En camino a la competición, cuando intentamos hablar con él, el hermano nos respondió con palabras singulares.

Más tarde de ese día, él fue a la boda de un amigo y no regresó a casa hasta a las seis por la mañana de domingo. Él se quedó en su cuarto cuando regresó a casa.

Mi novio tuvo la gran idea de ir de excursión a la playa para pasar tiempo valioso juntos, y para buscar conchas marinas también.

Fuimos a la playa buscando conchas y regresamos al carro para las colocar en el carro antes de nadar. En camino a dónde estacionamos el carro, vimos el carro estacionado de su hermano.

No recibimos ningún mensaje ni llamada del hermano, entonces yo pensaba que el hermano estaba ahí para ir al mercadillo dónde aprendía cómo hacer joyería desde que el mercadillo se ubica en el otro lado del calle de la playa.

Mi novio y yo regresamos al sitio de dónde buscábamos conchas y después un poco, vi a su hermano con un toalla caminando hacia nosotros desde el otro lado de la playa. Él estaba persiguiéndonos.

Cuando llegó, intentamos hablar con él pero, de nuevo él solo respondió con palabras singulares.

Dejé de intentar hablar con él. Él me preguntó acompañarle a nadar pero, le dije que estaba ahí para buscar conchas con mi novio.

Él me respondió con “oye, de repente te interesa en buscar conchas”.

Es cierto que no me interese en buscarlas y él ya lo sabía, pero, estaba ahí para pasar tiempo valioso con mi novio… no le invitamos al hermano.

Él fue a nadar solo y luego regresó a casa.

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