Ronnie 2 - editado
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Ronnie 2 - editado

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Ronnie 2 - Original

Como esperaba, Ronnie me envió otra carta. En general, me escribe para pedirme dinero, o para hacerme saber cuánto odia al mundo y lo desgraciado que él es. Yo también he sido desgraciada durante años, pero no quiero que lo sepa. Es mi tristeza y no quiero que nadie se entere.

La carta llevaba el matasellos de Connecticut, donde reside después de haber vivido en Nueva York. Siempre me acusaba de haberle atraído a Nueva York para que pudiera tener más oportunidades de éxito, pero luego me culpaba de sus fracasos. Su compañero habitual, el Sr. Licor, a menudo lo llevaba a adoptar una actitud acusadora y a exteriorizar sus pensamientos insólitos, fruto de una realidad distorsionada.

Volví a mi apartamento y me tomé un tranquilizante para calmar los nervios antes de leer la carta. Estaba garabateada en papel de tres colores diferentes con una letra grande e infantil. Me sorprendieron tanto el saludo como la brevedad de la carta.

Mi queridísima Sharon,

¿Cómo te va la vida? Espero que bien. ¿Siguen yendo bien tus negocios? Espero que sí. Aquí llevo una existencia horrible debido al alto costo de la vida.

Tu queridísimo hermano, Ronald

Me molestó que su carta me hiciera sentir manipulada. Y me pregunté qué almibarada telenovela debía de estar viendo para usar la expresión "queridísima", algo inusual para él. ¿Qué estaría tramando?

Al día siguiente, recibí otra carta.

Queridísima Sharon,

¡No lo soporto más! Ojalá pudiera encontrar a alguien con quien vivir. En septiembre pondré un anuncio en el periódico: Estudiante universitario busca una habitación en las afueras. Puedo pagar hasta 150 dólares al mes.

Vivo en una pocilga de apartamento que me cuesta 55 dólares a la semana, más 16 dólares al mes de aparcamiento. La casera no acepta cheques, quiere que el aparcamiento y el alquiler se paguen semanalmente y prohíbe buzones de correo y teléfonos. Es una situación en la que no puedo quedarme ni mudarme. Ella también lo sabe y me lo echa en cara cuando me retraso dos o tres días en pagar. Pero cuando consiga los 3.000 dólares del préstamo estudiantil, ¡me despediré de la vieja bruja!

¿Cómo te va, querida hermana? Estaré en Nueva York el próximo sábado. Espero poder verte.

Tu hermano, Ronald

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