Nací en Estados Unidos en 2003. Vivía con mis padres y mis otros hermanos en una casa de medio tamaño. Tengo buenas memorias de la primera parte de mi vida. Era feliz. Solía salir de la casa mucho para jugar con mis amigos, muchos eran mis vecinos. No sabía de los malos del mundo, y cuando miro atrás, todo era muy fácil.

Después de ese época, fui a secundaria y me caí en otra época que era al revés. Perdí muchos amigos. Llegaba a sentirme muy sola. Además, llegaba a ser lo suficientemente mayor como para aprender de la drama de la familia, pero era una maldición. Me llenaba de ira y resentimiento. Me escondía en mi casa de los demás, mi habitación siendo el único lugar en el que me sentía a salvo. La situación mejoró después de ir al bachillerato, pero solo un poco. Las cosas más importantes eran mi vieja amiga y el atletismo. Los extraño mucho.

Ahora tengo 20 años, y soy estudiante en la universidad. Estoy más feliz que nada. Sigo saliendo de mi zona de confort, conociendo a más personas, y teniendo nuevas experiencias. He crecido mucho desde esa niña que se escondía para protegerse. Me emociona todo lo que vendrá.