Palabras: 270
Este fin de semana, decidí intentar vender una planta. Hice la decisión, porque desde el principio no tuve la intención quedarlo. Era una planta que hice desde esquejes de otra planta mía. Cada vez que la planta necesita un recorte, tomé los esquejes y los ponía en otra maceta. Así, después de como un año (o un poco más) formé esta planta fabulosa que ahora tengo. Se ve muy lindo y grande. Sus hojas son del color purpura muy intenso, son largas y se ven muy saludables. Pero la problema es que prefiero menos cosas en mi espacio, y como me siento en este momento, quería reducir el numero de cosas que tengo en mi cuarto. También se que, desde ahora, vamos a recibir luz con menos intensidad y por menos tiempo, y con el lugar que tengo la planta en este momento, por supuesto su forma va cambiar. Es decir, el color va a reducir de la intensidad de purpura que tiene y, los tallos van a crecer más fino. Predigo que en este lugar que tengo la planta, va a transformar en poco tiempo y, cuando la primavera llega no sería tan guapo que en este momento. Por eso decidí que ahora es el mejor momento para venderlo (o también regalarlo, pero en este momento no tengo ninguna persona en mente a quien podría regalarlo). Por sorpresa, recibí unas respuestas del anuncio en el mismo día. Me sorprendé porque en el pasado hacía anuncios para regalar la planta madre que tengo (así que la misma especie de planta, pero la otra que tengo) gratuito, y nadie me respondió.