Considero la habilidad de aprender muy valioso. Aprendo cosas nuevas diariamente- nuevas palabras o expresiones en español, nuevas ideas sobre relaciones internacionales en mi estudio y también cosas sobre la vida. Este año aprendí una cosa nueva sobre mi. Siempre pensé que era una persona que nunca va a tener mucha pasión para deportes sociales. Odio todos los deportes en los que es necesario echar una pelota. Ni siquiera me gusta el Volleyball que, aparentemente, es el deporte más popular entre mis amigos (específicamente durante el verano). Siempre creí que yo era una persona a la que solamente le gustan los deportes que se hace en soledad. Por ejemplo me encanta el levantamiento de pesas. Cuando estoy "en la zona", poniendo música con un volumen altísimo, me siento como si fuera la única persona en todo el gimnasio. Me imagino que estoy batiendo algún récord mundial y disfruto del desafío.

Pero este año he encontrado un deporte social que aprendí a amar. Es la escalada - particularmente el búlder- que es un tipo de escalada en la que no estás asegurado por una cuerda. Sin embargo los paredes no son tan altas y en el suelo hay colchonetas gruesas en las que puede caerte sin tener miedo de romperte los huesos. Quizás estés pensando que la escalada no es un deporte social y que ese no sea muy diferente que ir al gimnasio. Pero estoy firmemente convencida de que la escalada es uno de los deportes más sociales. Específicamente el búlder - porque las rutas son mucho más cortas y por eso son muy técnicos. Es muy divertido y también desafiante trabajar en una ruta con amigos porque te pueden dar consejos cuando estes en una situación difícil y podéis llegar a aprender de tus amigos que escalan contigo. Dependiendo en muchos factores como la fortaleza, la flexibilidad y la altura, cada persona tiene un estilo de escalada distinto. Eso hace que nos damos consejos muy diferentes dependiendo de la persona. Lo que me encanta de ese deporte es que estás constantemente rompiendo y extendiendo tus límites mentales. Hay muchas rutas en las que tienes que confiar en ti mismo para saltar o moverte de alguna manera difícil. Los gritos motivadores de tus compañeros pueden ayudarte mucho en esos momentos de vacilación y miedo. Escalando me demuestro cada día que puedo hacer cosas que se sienten imposibles y que puedo confiar en mis habilidades. ¿Y si me caiga? Pues- mis amigos estarían conmigo y los rasguños estarían la prueba de que me desafié a mí misma.