"Hay muchas formas de hablar español y todas ellas son válidas y correctas si sirven para conectarte con tu interlocutor. Lo importante es que tú no tengas miedo de practicarlo, de producirlo y de usarlo para comunicarte."
Este es un fragmento que he leído en el material de mi curso de español y se quedó conmigo. Este mes llegué al final de las clases después de un año y medio y he estado pensando que debería escribir un texto sobre este momento especial para mí. Pues la verdad que sí siento que es un logro bastante importante, sobre todo en los últimos años, donde no he tenido mucho que celebrar en mi vida (¡bendita pandemia!).
Hay algunos motivos por los cuales terminar ese curso me hace muy feliz. ¡Fue la primera vez que realmente he asistido a un curso de idiomas! Y por lo tanto este también es el primer certificado en lenguas extranjeras que he obtenido. En 2021 yo seguí un curso de francés en línea durante seis meses, pero eran solamente videoclases y no tuve ningún certificado al final. Así que por primera vez tuve libros, ejercicios, exámenes bimestrales y mucho contenido cultural sobre diversos países hispanohablantes, principalmente los de Sudamérica. Todo eso me ha ayudado porque a mí me gusta tener esa estructura tradicional de estudios, leer el material y hacer miles de anotaciones en mi cuaderno. Si solo miro un video o escribo en la computadora, es como si no hubiera retenido nada. Entonces para mí fue muy bueno seguir un curso para aprender español más eficazmente.
La segunda razón de mi alegría es por la oportunidad de hacerlo. El curso lo hice en una institución educativa pública a través de un programa del gobierno de mi país. Uno de los motivos por los que nunca he ingresado a un curso de idiomas es que jamás he podido costearlo, entonces tener acceso a una educación de calidad de forma gratuita es algo que valoro muchísimo y me siento agradecida. Si hubiera tenido esa misma posibilidad cuando era más joven, sin duda ya habría estudiado otros idiomas que me interesan.
Por fin, me pone muy contenta terminarlo porque creo que elegí el peor momento para empezar un curso intensivo. Hubo muchos cambios en mi vida y no tenía tiempo para dedicarme como me gustaría, y seguro que hay muchas cosas que yo habría aprendido mejor si hubiera podido estudiar cómo debería. Pero si por un lado pienso que podría haber aprovechado más las clases, por otro lado me da mucho orgullo no haber desistido de mis estudios a pesar de los pesares. Para ser sincera, pensé muchas veces en hacerlo, pero decidí usar el curso como un momento para mí, una cosa que tenía que hacer por mí, mismo cuando mi cabeza tenía mucho más de qué preocuparse y me costaba mantener el interés en las clases. ¡Con insistencia se logran muchas cosas!
Ahora me toca pensar en cómo mantener el español en mi vida y seguir practicando el idioma. Creo que aquí es un buen lugar para hacerlo pues me gusta mucho escribir. A mí también me encanta la música y siempre estoy descubriendo y escuchando a algunos artistas latinos (acepto recomendaciones). Pero lo que me parece más importante es justamente lo que he leído en aquel párrafo del libro de español: no tener miedo de comunicarse. Y luego me vino esta famosa frase de un histórico entrenador uruguayo de fútbol: “el camino es la recompensa.” Ojalá mi trayectoria con la lengua española sea larga para que pueda disfrutar mucho de las alegrías de hablar un nuevo idioma.