Un hombre consiguió un trabajo en el nordeste de Rusia durante el período de La Guerra Fría, y decidió mudarse a Siberia. Entonces sus amigos se hicieron muy preocupados de él, y decidieron disuadirlo, explicándole: "¡Tendrás una calidad de vida fatal ahí! Y también, ni siquiera podrás llamarnos, o incluso escribirnos la verdad de lo que te pase, porque la policía secreta monitoriza toda la correspondencia y todas las comunicaciones en aquel pais". Entonces, el tío les dice: "Os propongo que estemos de acuerdo con un truco: si os escribo con tinta azul, será pura verdad de lo que tratará la carta, pero sí descubriréis que habrá escrito en tinta roja, sabríais que no puedo escribir de lo que verdaderamente me pase por razones políticos, así que entienderais que la carta será una mentira y que yo pido su ayuda para sacarme de ahi".

Entonces, un año después sus compañeros reciben un sobre, lo abren y leen en la tinta azul: "¡Queridos amigos! Finalmente tengo la oportunidad deciros que mi vida en Siberia no me pasa mal. La gente aqui es muy amable, la comida muy rica, mi trabajo muy interesante y sobretodo, acabo de acostumbrarme al clima.

En resumen, tengo todo lo que necesito. La sola cosa que me falta es la tinta roja, y la extraño muchísimo. Por favor, me la mandad un montón”