¡Hola a todos! Hoy he leído el segundo capítulo de Harry Potter y quiero hablar un poco sobre el, tratando de incluir algunas de las palabras nuevas.
Al final del primer capítulo, vemos a la señora Dursley llevándose un susto tremendo al encontrar a Harry Potter en el umbral de su casa.
En el segundo capítulo, podemos observar de cerca la vida de la familia Dursley despues de diez años de este acontecimiento poco feliz para los parientes de Harry.
El que más le hace la vida imposible a este chico es su primo Dudley. En la repisa de la chimenea, se pueden ver los retratos de este niño rubio, rollizo y poco agradable a lo largo del timepo.
A diferencia de Dudley, Harry es bajito y delgado, con ropa holgada y gafas redondas, pegadas con cinta adhesiva, consecuencia de todas las veces que Dudley le había pegado en la nariz.
Temprano en la mañana, la tía golpea en la puerta de la alacena donde vive Harry, para que se despierte y vigile el beicon. También le advierte que no haga nada estúpido para no estropear el cumpleaños de su primo.
Mientras están desayunando, la vecina que suele cuidar de Harry cuando su primo sale con su familia y con su amigo, llama y avisa que se ha fracturado una pierna. Después de mucho rollo, los tíos deciden llevar a Harry con ellos al zoológico.
Él se alegra de no tener que pasar tiempo con su vecina, cuya casa siempre huele a repollo y a quien le gusta mostrarle las fotos de todos los gatos que ha tenido.
Harry piensa en todas las veces que han pasado cosas extrañas relacionadas con el: cuando la señora Dursley le ha cortado el pelo casi al rape, dejando solo el flequillo para que cubriera la cicatriz que tenía en la frente, pero al día siguiente su pelo volvió a tener el mismo tamaño de siempre, cuando su tía intentó vestirle con un jersey de Dudley y este se achicó de repente, en todas las personas extrañas que le saludan en la calle etc.
Al llegar al zoológico, Harry se mantiene alejado de Dudley y de su amigo, porque no quiere ser pegado por ellos. Dudley mira a una serpiente dormida y le pide a su papá que la despierte. El único que logra hacerlo es Harry, quien habla con la serpiente y hace que la ventana protectora desaparezca y que el reptil se vaya. Todo el mundo se lleva un susto grande y Harry está castigado a quedarse por una semana en la alacena donde vive, aunque no entiende lo que ha pasado. Tampoco puede hacer preguntas, porque tiene prohibido hablar de sus padres o de las cosas extrañas que ocurren a su alrededor.
Eso es todo por hoy. Tardé un poco en publicar el post, pero logré hacerlo al final 😁
¡Adiós!