Hace siete meses experimenté el ‘burnout’ en mi aprendizaje de español. Dejé de practicar y – lo más importante – pasar tiempo con el idioma cada día por más o menos seis meses. Durante ese periodo mi trabajo se volvió muy estresante, mi esposa y yo nos mudamos, y viajamos a Escocia. Había tantas cosas que hacer y creo que también perdí el interés un poco. Es que mi aprendizaje se había vuelto más como un trabajo en vez del pasatiempo como era antes.
Antes de tomar el descanso largo había llegado a nivel B2 y hice el SIELE. Estaba pasando muchísimo tiempo con el idioma cada día además de tener al menos tres conversaciones de una hora a la semana. Estaba enfocándome demasiado en la perfección en vez de simplemente disfrutar del idioma y las nuevas y distintas experiencias que aprender una lengua nueva nos brinda.
Si todo eso era demasiado deprimente, no os preocupéis. Tengo buenas noticias también. Hace dos semanas retomé el hábito de practicar cada día. Esta vez, estoy enfocándome en pasar tiempo con cosas que realmente me gustan.
Al principio de mi retorno estaba preocupado porque tuve una conversación que fue fatal. Había un retraso durante la llamada y fue muy difícil determinar cuando podía hablar y cuando la otra persona había dejado de hablar. En contraste, tuve una experiencia muy distinta en cuanto a mi comprensión. Vi varios videos de YouTube de los canales que solía seguir y no tuve ningún problema en entenderlos. También leí un libro de filosofía.
Creo que simplemente tuve que aumentar mi confianza un poco y quitar el polvo de mis conexiones neuronales, porque después de tres conversaciones más pienso que he vuelto a mi nivel previo.
Mi plan de ahora en adelante es enfocarme en lo divertido sin olvidar a desafiarme de vez en cuando. Estoy leyendo libros interesantes, quitando los subtítulos de los videos de YouTube y las series, y teniendo dos conversaciones a la semana. También he empezado con el shadowing para variar las cosas un poco.
Gracias por leer.