Afortunadamente, reciente tenía la oportunidad de pasar tiempo en la naturaleza, al lado de un río hermoso. Fuimos aquí para relajar, tomar un café y charlar. Alrededor, podríamos ver muchos pájaros de colores, tamaños y formas diferentes. Algunos andaban de un lado a otro del río, otros descansaban en las orillas y otros comían persistentemente la hierba fresca. No era la primera vez que vimos patos y gansos, pero este día estaba demasiado emocionado.
En mi mochila, tenía una gran bolsa de guisantes verdes, ¡que había escuchando que los encantan! En efecto, cuando vieron la comida, todos los pájaros diferentes se acercaron a nosotros para tener todos los guisantes que pudieran. Gansos, patos, algunos cisnes grandes, unas pocas palomas, incluso un grupo de cuervos reservados; todos tenían hambre y parecían muy entusiasmados por comer. Por suerte, ¡había comida para todos! En algún momento, entre el pandemónium, dos gansos grandes estiraron sus cuellos y empezaron a gritar ofensivamente. Al pensar que quieren atacar me retrasé un poco y les grité de vuelta para asustarlos, pero sin mucho éxito. Los gansos siguió a graznar el uno al otro. Sin embargo, después de unos segundos algo increíble sucedió. ¡Un verdadero ejercito de gansitos que esperaban las llamadas de sus mamas en la orilla opuesta, ahora estaban viniendo hacia nosotros cruzando el río rápidamente! De esta manera, nos encontramos rodeados de gansitos torpes y hambrientos que chocaron entre sí, tratando de agarrar las bolitas deliciosas.
Alimentar a los pájaros me ayudó vaciar el cansancio y me llenó de gozo. Es, de verdad, una actividad que vale la pena; una actividad que voy a repetir. ¡Todos estos pájaros están esperando!
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