Corazón tan blanco (1992), Javier Marías

Poco tiempo después de su viaje de novios, Juan Ranz se entera sin querer de que Teresa, la mujer de su padre (y la hermana de su madre), se quitó la vida al regreso de su propia luna de miel. Al partir de ese momento, Juan (el narrador) sentirá un creciente malestar -- un presentimiento de desastre -- respecto a sú recién cambio de estado. Solo su padre conoce el porqué de la muerte de su Teresa, un secreto que ha guardado durante años. Además, Juan descubre que había otra mujer antes de Teresa (su tía) y antes de Juana (su madre) que también murió. Juan teme que continuará un ciclo de matrimonios desafortunados, heredado de padre a hijo, o tal vez inevitable en las relaciones humanas.

He intentado leer Corazón tan blanco tres vezes pero leerlo en español ha resultado demasiado difícil para me hasta este momento. ¡Finalmente lo hice! Tardé cinco meses. Y como he intentado leer este libro tres veces, también he leído el primer capítulo tres veces. Al menos. Pero no me importa porque me encanta el primer capítulo. Podría ser el mejor primer capítulo que he leído en mi vida. Comienza así:

No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuanda ya era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados.

Desafortunadamente, el primer capítulo de Corazón tan blanco también es el mejor capítulo del libro y nunca alcanza las mismas alturas de nuevo. Pero, eso no significa que no me gustó. Al contrario, aunque es un libro cínico en como reflexiona sobre relaciones humanas, también es un libro que te hace pensar.

Verá, yo no creo en esas historias que cuenta la televisión, personas que se encuentran y se quieren sin ninguna dificultad, los dos están libres y disponibles, ninguno tiene dudas ni arrepentimientos anticipados ... // ... Cualquier relación entre las personas es siempre un cúmulo de problemas, de forcejeos, también de ofensas y humillaciones. Todo el mundo obliga a todo el mundo, no tanto a hacer lo que no quiere, sino más bien lo que no sabbe si quiere, porque casi nadie sabe lo que no quiere, y menos aún lo que quiere, no hay forma de saber esto último. Si nadie fuera nunca obligado a nada el mundo se detendría, todo permanecería flotando en una vacilación global y continua, indefinitivamente.

Juan ama a su mujer Luisa. Pero con el cambio de estado se hace la pregunta ¿qué es un matrimonio, de verdad? Ambos trabajan como interpretes internacionales en Bruselas y Nueva York y ahí presencian como funcionen las relaciones humanas -- que todo el mundo obliga a todo el mundo. Al cabo, Juan termina con el respuesta que un matrimonio es tener la espalda de la otra, poner una mano en su hombro, y hablar desde una almohada compartida. Pero a veces un matrimonio es también guardar silencio y no compartir todo. Y para llegar a esta conclusión, Juan tiene que descubrir el pasado de su papá y sus tres mujeres muertas.