Mi Viaje a CDMX
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Mi Viaje a CDMX

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El primer día

Llegué al aeropuerto en Los Ángeles temprano, como siempre, y pasé por la seguridad del aeropuerto fácilmente. Luego tuve alrededor de dos horas hasta mi vuelta. No me molesta llegar temprano al aeropuerto. Creo que es mejor llegar con un poco de tiempo y terminar sintiéndose apurado. El avión fue cómodo y dormí y leí todo el vuelto. Me gusta dormir en el avión pero me duele un poco el cuello. Entrando a México fue fácil y estaba sorprendida de que hubiera wifi gratis en el aeropuerto y en toda la ciudad también.

Cuando salí del aeropuerto pronto logré encontrar una ATM y me retiré el dinero. Luego seguí las señales para buscar el metro. No entendí cómo llegar el metro a través de seguir las señales, así que me atreví a hablar español. Le pregunté a un seguridad cómo puedo ir al metro. Me dijo que el metro está para allá, pero está muy lejos y podría ser más rápido tomar un taxi. Le dije gracias y me fui hasta el metro de todos modos.

Llegué al metro en menos de 5 minutos. ¡No era tan lejos! Compré una tarjeta de metro y entré. Me sorprendí que había mucha seguridad y policía en el metro y en la calle. De verdad, me hizo sentir seguro. En Los Ángeles, no hay policía que trabaja en el metro, y parece que la seguridad solo limpia en la plataforma. Nadie está obligado por nadie a pagar por lo que a veces las estaciones pueden ser peligrosas. Tuve que cambiar de tren tres veces y entonces llegué al hostal, que estaba en el centro histórico de la ciudad. El chico del hostal me preguntó si quiero hablar en inglés o en español y le dije que quiero practicar español. En este momento me sentí muy feliz y chida de estar en México sola hablando en español. Él me mostró mi habitación.

En la habitación había 6 camas, y había una chica allí que era de San Francisco. Elegí mi cama, guardé mis cosas, y salí por una camina. Ya estaba oscuro y no quería caminar lejos, así que caminé por el barrio y después fui a un restaurante a cenar. Estaba cansada de viajar y después de cenar volví al hostal y leí un rato. Además de mi compañera de cuarto, esa noche conocí y hablé con un chico de Columbia y una mujer de Francia. El chico no hablaba mucho inglés, y la mujer no hablaba español tampoco, así que me sorprendí a mí mismo porque pude traducir para ellos.

Fui a la cama un poco temprano, pero me desperté enferma a las 4 de la mañana el día siguiente…

(¡Hay muchas cosas que quiero contar sobre mis vacaciones! Voy a escribir sobre el día siguiente en mi próximo ensayo.)

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