Andábamos en el Centro de Bruselas, en la hermosa Grand Place, admirando las atracciones turísticas cuando lo vi. Paralicé por un rato con los ojos bien abiertos y una sonrisa grande en mi cara. Por un lado de la plaza, encima de una pequeña plataforma, era una sorpresa real. Un hombre de pelo largo y rubio desordenado, vestido con ropa vieja y sucia. En frente de sus piernas, tres tableros de ajedrez viejos y un vaso de plástico medio lleno con monedas. "¡¿Un ajedrecista en el medio de la plaza?!", pensé. Muchas veces había visto videos en los que Gran Maestros del ajedrez juegan contra un montón de jugadores, pero nunca algo así en directo. Inmediatamente nos acercamos a ver qué pasaba allí. El tío nos preguntó si queríamos jugar con él y señaló los tableros. En este momento mi cerebro convirtió en un campo de batalla. Por un lado tenía muchísimas ganas de jugar, pero por otro lado pensé que un hombre en el medio de una plaza con tres (!) tableros de ajedrez en frente de él, sin duda debe ser capaz de enfrentar tres jugadores al mismo tiempo. Es decir, debe ser capaz de memorizar las jugadas de dos otros oponentes y pensar estrategias, cuando está pensando sobre nuestra partida. No suena muy bien. Le pregunté si era un buen jugador y cuando sonrió y respondió con su acento francés característico "just a little bit", pensé que "¡no, esto debe ser una trampa! Probablemente el tío es muy, muy bueno". Entonces nos pusimos a salir, pero después de unos pocos pasos me di cuenta que esta sería la primera vez que tenía la oportunidad de jugar persona a persona con un extranjero y no en línea. Además ¡qué experiencia increíble para tener: jugar ajedrez en esta plaza impresionante durante mis vacaciones! Con estos pensamientos, volví a la plataforma, puse unas cuantas monedas en el vaso y empezamos a jugar.
La partida comenzó y ambos desarrollamos nuestros piezas. Al mismo tiempo, otro jugador se unió y después de unos minutos, otro más. Lo que empezó como un juego en silencio ahora era una gran masa de personas que vio al ajedrecista contra los tres. La gente tomaba fotos, una pareja a mi lado señaló mi tablero y charlaba en francés, incluso una niña pequeña de tres o cuatro años de edad me tocó el brazo para saludarme -🤷♂️- y se sentó frente a mí tablero prácticamente bloqueándome. Sobra decir que este bullicio no es algo típico de enfrentar como un jugador en línea. No importa cuánto traté de fijarme en la partida, al final hice un error grave y en este momento pensé que quizá sería mejor abandonar la partida. Sin embargo seguí a jugar. ¡Qué final tan decepcionante sería para mi historia! Lo que me ayudó fue que intenté a imaginar que estoy solo en mi salón jugando y de verdad funcionó bastante bien. Mi oponente siguió yendo y viniendo entre las tableras y - por fin - cometió un error también, algo que podría explotar. De esta manera conseguí empatar y la partida intensa (por lo menos para mi) continuó. No fui preparado por esto, pero al final ¡logré acorralarlo! Cuando hizo su movimiento último los dos pensamos por unos segundos. "¿Ya está?", me pregunté. Instintivamente ambos nos miramos a los ojos y con rostros inseguras y movimientos de la cabeza de una forma afirmativa, estábamos de acuerdo. "¡Jaque mate!", dijimos los dos y nos dimos la mano. ¡De verdad gané!
Al terminar el partido, empezó a llover poco a poco y así salimos a cubrirnos. ¡Qué experiencia maravillosa! Me divirtió mucho jugar y probar mis habilidades, pero aún más que tenía la oportunidad de "conversar" de esta manera intensa con un muchacho muy simpático. Jugar ajedrez persona a persona es quizá una de las formas más interesantes para intercambiar ideas y emociones, incluso con gente con la que no te hablas el mismo idioma, y creo que ese día di y tomé mucho. Esta partida era una de las vivencias más inesperadas, emocionadas y emblemáticas de mis vacaciones en Bélgica, que recordaré por siempre.
El nombre del tío, era Lauren.
Hace dos días que quería leer finalmente este texto, y estoy muy contento de haberlo hecho! Te felicito por haber ganado a un maestro del ajedrez! :D. A mí también me gusta mucho jugar al ajedrez (de hecho los padres de mi pareja me regalaron un juego de ajedrez de madera por Navidad :D). No soy un aficionado a los juegos online (como parece que tú sí que eres xD) ni a las videoconsolas, pero los juegos clásicos de mesa me parecen los mejores.
Casi no hace falta decirlo (no es nada nuevo, aunque sí que me sigue sorprendiendo :D), pero tu texto está muy bien escrito. Has descrito especialmente la situación y el ambiente perfectamente. Además tiene muy buena estructura y engancha al lector :D.
¡Eduard mil gracias por tomarse el tiempo de corregir esto! No creo que he escrito un texto tan largo en español en el pasado. Tenía muchas ganas y además quería desafiarme un poco.
De verdad, también no creo que Lauren era un maestro. O quizá era un maestro emborrachado, no sé. Podría oler un poco de whisky en el aire😅
Madre mía 🥴😵💫😷
jaajaj exacto