Desde nuestro nacimiento, somos sometidos a una fatalidad por culpa de nuestra clase social que nos moldea. En efecto según sus orígenes sociales no tenemos las mismas suertes en la vida y oportunidades que sea relativo al conocimiento, el nivel de educación, las referencias culturales etc. Eso se llama el determinismo social y puede perjudicar a las personas que quieren elevarse en la sociedad y cambiar de clase social gracias a lo que llamamos la movilidad social. Sabemos que la mejora solución para elevarse socialmente es a través del trabajo, pero el determinismo social impacta los individuos en sus búsquedas de trabajo. Es un círculo vicioso en el que es muy complicado extraerse de. Así podemos preguntarnos: ¿cómo el determinismo social impacta a los individuos en el ámbito laboral? En una primera parte, vamos a definir más precisamente el determinismo social y cuáles son las personas a que más impacta ese fenómeno. En una segunda parte, veremos cómo se manifiesta el determinismo social en el ámbito laboral para esas personas.

El concepto de determinismo social fue democratizado por Pierre Bourdieu. Nos dice que cada individuo es sometido al determinismo social y que es una fatalidad que nos impide ser totalmente libre porque somos “programados” por nuestra esfera social. Por supuesto es la visión de Bourdieu y no esta compartida por Weber que afirma que cada individuo puede elevarse de su condición inicial gracias al trabajo y el esfuerzo. Hay personas que sufren más del determinismo social que otros: el hijo de un obrero va a padecer de más injusticias en su vida y eso desde su niñez. El mejor ejemplo que tengo para mostrar esa brecha es un fragmento de una música de IAM que se llama “nés sous la meme étoile” (nacido sobre la misma estrella). Es una música que ilustra muy bien las diferencias de infancia que pueden tener los individuos de diferentes clases sociales, del abismo entre ellas y de sus consecuencias. “porque para él, es guardería y vacancia.” “porque para él es equitación, para mí peleas” “y a él se puede hacer largos estudios” “no es el color, es la cuenta bancaria” “no sería como eso si había visto la vida en rico”. Esas palabras muy fuertes de sentido muestran que el problema en nuestra sociedad que crea realmente injusticias y el factor principal del determinismo social es la riqueza. ¿Como producir riqueza? ¡Con un trabajo bien pagado y para eso necesita estudios! Pero en un medio ambiente que no es favorable como los niños que viven en cuarteles pobres donde hay violencia, pobreza, droga o con padres que no hablan el francés es aún más difícil. Un estudio de Clément Dherbécourt, va en esa dirección mostrando que la desigualdad de suertes en Francia es en primer lugar una desigualdad de suertes educativas. En el informe de 2021 sobre las desigualdades en Francia del observatorio de las desigualdades hay datos precises sobre el impacto de las desigualdades educativas. Primero, después del colegio los alumnos de CAP y bachillerato profesionalizado son un 34% de hijos de obreros. Solo un 11% de los estudiantes en la universidad son hijos de obreros y 2% en grandes escuelas. El 49% de los bachilleres de un máster 2 en 2008 son hijos de ejecutivos mientras que son un 13% los de los obreros. La tasa de desempleo para los individuos que no tienen un diplome es tres veces más elevado que para los que tienen un diplome bachillerato+2 según el Insee. Así, los estudiantes originarios de medios populares son menos representados en la universidad. El OCDE nos dice que se necesita 6 generaciones en Francia para las familias pobres para extraerse de la pobreza y alcanzar el nivel de salario medio. Así, un individuo cuyo padre es un doctor o abogado tiene el 50% más suertes de hacer parte de los 20% más privilegiados, pero para un niño de una encargada de limpieza es un 12%. En ese mismo estudio, nos dicen que no tiene una gran importancia el sexo, edad u orígenes del individuo porque es el origen social que sigue el factor el más determinante. Sin embargo, una experiencia del observatorio muestra que las discriminaciones sobre el origen, el sexo o la discapacidad son muy fuertes y forman obstáculos evidentes a la ascensión social. Vamos a tomar el ejemplo de los “beurgeois” que son franceses de origen árabe que se incluyeron y triunfaron sus ascensiones sociales: un modelo a seguir para algunos y para sus propias comunidades son visto como traidores a sus condiciones inicial.

El determinismo social es comparable a una marca a fuego sobre la manera de hablar. En efecto, según sus orígenes sociales no va a tener el mismo lenguaje, riqueza de vocabulario y acento. Por ejemplo, si proviene de las afueras puede tener un acento dicho “de los habitantes de las afueras” que es muy reconocible y con una connotación peyorativa. Hay un registro formal y otro más coloquial y las personas que sufren del determinismo social no tienen la posibilidad cambiar de uno al otro porque no tienen el vocabulario necesario y no dominan suficiente y correctamente sus propias lenguas nativa. Además, la apariencia tiene un papel clave porque vivimos en una sociedad donde la apariencia es crucial y juzgamos los individuos a través de sus apariencias. Asimismo, como hemos visto en el párrafo precedente las experiencias no son las mismas según su origen social aun cuando esa falta de experiencia tan profesional como personal puede resultarse esencial en una entrevista para distinguir dos candidatos. En efecto, si proviene de una clase social inferior, no ha tenido la misma posibilidad de viajar, ir al museo, al opera, ser sensibilizado a la lectura y el conocimiento en general que un individuo de clase social superior. Eso es normal en el sentido de que las preocupaciones no son las mismas; cuando un individuo no sabe si va a ir a la exposición de Dalí o a la de Polak el otro tiene hesitación sobre el hecho de pagar sur alquiler o vestidos para sus niños. Somos construidos por nuestra clase social, nuestra manera de vestirse, hablar, nuestras experiencias, nuestras referencias, la manera de funcionar, los valores…etc. Así cree una brecha entre los individuos de diferentes clases sociales. En el entorno laboral debemos ser el más cualificado, hablar con un lenguaje formal, ser muy bien vestido, tener experiencia tan profesional que personal así algunos puestos son automáticamente reservados a los que son más privilegiados desde siempre. Podemos decir que la clase social es comparable a una cárcel donde es difícil extraerse y que necesita ser muy listo y determinado. Puedo entender las respuestas típicas “cada uno es responsable de su destino y de su vida. Necesitan tomar las buenas decisiones”. Si es verdad, en la vida todo el mundo debe tomar decisiones para su propia vida y eso puede ser difícil, pero es aún más difícil cuando no tiene una buena instrucción. ¿Podemos realmente reprobar a un adulto que proviene de una clase social obrera que cuando era niño no trabajo demasiado precisamente cuando no tenía un entorno tan favorable como el de un niño de clase social superior para estudiar?

Vimos que el determinismo tiene un impacto muy fuerte en la vida de los individuos y en el trabajo porque son desfavorecidos. Además, el determinismo social puede sumarse al determinismo geográfico que complica aún más la realización de estudios, la búsqueda de trabajo y por fin la elevación social. Así, cuando maduramos, y que realizamos la realidad de nuestra sociedad, realizamos también que cuando nos padres nos decían que podemos hacer todo lo que queremos como trabajo; era una mentira, es más complicado, pero por supuesto no imposible.