Empezamos nuestro paseo por Tarragona en el centro histórico, que se caracteriza por sus edificios románicos y medivales. Uno de los lugares más importantes es la PLAZA de la Font, situada a la entrada de casco antiguo.
Otra característica especial es el mausloeo en el patio del ayuntamiento, donde podéis visitar la tumba del Rey Jaime I.
La plaza enfrente está llena de varios restaurantes. Un pequeño consejo: Aquí podéis disfrutar de un menú barato de tres platos para el almuerzo.
Si se sigue avanzando por el casco antiguo, se llega a la catedral, que es una mezcla de arquitectura gótica y rómantica. Incluso un paseo por la ciudad puede daros muchas impresiones, ya que hay muchas calles pequeñas y pinturas hermosas en las paredes.
También hay otros restos de la época romana en la ciudad, por ejemplo un pequeño trozo de muralla que formaba parte del Foro Romano. Otro monumento es el Circo Romano, que se encuentra en dirreción al mar. Aquí se realizaban carreras de carros y caballos.
Muy cerca de esta atracción encontráis también el anfiteatro que fue construido en el siglo II. En tiempos de los romanos, aquí se celebraban luchas de gladiadores y batallas contra animales. Hoy en día, todavía podéis visitar las ruinas con una visita guiada.
Si salimos del anfiteatro y caminamos hacia la Rambla Nova junto al mar, llegaremos al balcón del Mediterráneo. Desde aquí podéis disfrutar de la vista del amplio mar, incluso del puerto.
La cercana Rambla Nova es el principal paseo y punto de encuentro de muchos habitantes. En el centro hay un amplio paseo peatonal con árboles a los lados. Hacia la mitad del camino se llega al monumento de los “Castells”. Son pirámides humanas que se construyen en Cataluña durante numerosas fiestas.
Enhorabuena, está muy bien. Suena bastante natural, además.