Los terremotos solo ocurren relativamente cerca de la superficie, pero las ondas que producen pueden propagarse hasta el núcleo e incluso el otro lado de la Tierra. Esto se ha conocido desde 1889, cuando las ondas sísmicas de un terremoto en Tokio fueron detectadas en Alemania.
La existencia del núcleo fue descubierta varios años después. Por entonces, la propagación de ondas era un tema bien estudiado en la física, así que se podía utilizar los datos de sismógrafos para deducir las propiedades del interior de la Tierra. Analizando las velocidades de ondas sísmicas de 14 terremotos distintos detectados por todo el mundo, el científico Richard Oldham demostró en 1906 que debe haber una región en el centro de la Tierra en la que las ondas transversales se propagan mucho más despacio o en absoluto (el último de los cuales eventualmente resultó ser la verdad). Esta región es lo que hoy en día llamamos el núcleo.
En los siguientes años se recopilaron muchos más datos, y varios científicos analizaron aquellas velocidades de ondas con más detalle, además de cosas como la reflexión, refracción y difracción de ondas en los puntos de contactos entre las varias capas de la Tierra. Actualmente hay un montón de evidencia no solo de la existencia del núcleo, sino también de su tamaño, composición, temperatura, presión, e interacciones con otras capas. Todavía hay mucho que descubrir en la geología, pero los fundamentos como esto son muy bien entendidos.
¡Bien hecho! No veo nada que deba ser corregido :)
@Clau Vaya, creo que esta es la primera vez que he escrito algo en español sin errores. ¡Muchas gracias, Claudia! :)