Sábado mi marido cumplió años. Hicimos una comida familiar y le preparé su tarta favorita, la de chocolate con cobertura de frutos del bosque. No quería ponerle una vela de las clasicas, en forma de número, sino algo divertido. Encontré un artilugio de plástico en forma de flor cerrada. Cuando prendías fuego al centro de la flor, los pétalos se abrían y en cada uno había una velita encendida. Al mismo tiempo que se abría la flor, se activaba la musiquita de “Cumpleaños feliz”. Lo que el dueño de la tienda no me dijo es que esta cosa no tenía interruptor para apagar la música, que siguió sonando y sonando... Al final, exasperados, la tiramos a la basura tal como estaba. Lo curioso fue que durante todo el día, cuando alguien iba a tirar algo y levantaba la tapa del basurero, una suave musiquita le deseaba: ♫ Cumpleaños feliz…♫
Hoy, domingo, decidimos ir a la playa. Vivimos a una hora y media de la ciudad de mar más cercana y desde que tenemos perro (poco más que un mes) es el viaje en coche más largo que hicimos después de aquello (algo aventurero) desde la perrera a nuestra casa. Estábamos algo preocupados, pero él se portó muy bien. También era la primera vez en su vida que veía el mar y se volvió loco de alegría cuando nos acercamos a la orilla. El tiempo estuvo espectacular y nos permitió comer en el patio exterior del restaurante, con vista al mar. Por la tarde fuimos a dar un paseo por un paso elevado que sigue desde arriba la costa del mar. Esta carretera está cerrada a los coches, solo se puede recorrer andando o en bicicleta, así que aproveché para echar una carrerita con el perro.
En el pasado corría, pero me lastimé una rodilla y me costó mucho tiempo recuperarme. Desde entonces tuve miedo de que me volviera a pasar (¿volviese? Nunca sé cuando usar uno u otro) y dejé de correr. Desde que tengo perro he vuelto a correr un poco por las mañanas, cuando lo saco al parque, no por deporte, sino para disfrutar de algo que nos gusta hacer a los dos.
A mitad de la tarde el cielo se volvió gris y preferimos volver a casa antes de que empezara a llover. Fue un fin de semana muy bonito.
Casi no hay nada que corregir. Si no lo supiera/supiese ;), no diría que es un texto escrito por una extrangera.
@edufuga Empecé a estudiar español a los 10 años, cuando a mi padre se le planteó la posibilidad de trabajar un tiempo en Madrid. Luego no se hizo nada, pero el idioma me encantó y seguí estudiándolo. Desde los 10 años hasta hoy he hecho varias interrupciones en el estudio para luego retomarlo, dejarlo, retomarlo de nuevo… Me gusta mucho ver serie/películas en este idioma… y escuchar música… y leer. También haber tenido un novio español a los 20 años ha ayudado ;-)