Recientemente he estado escuchando un podcast español llamado "Entiende tu mente" durante mis paseos matutinos. Los presentadores son psicólogos y hablan de la multitud de maneras en que entender mejor nuestra psicología puede ayudarnos a ser personas más exitosas, amables y contentas. En el episodio que escuché hoy hablaron del tema de los hábitos que heredamos de nuestros padres o quien sea que nos crio, y como puede ser muy difícil cambiarlos o hasta identificar lo que son.

Un punto interesante que fue discutido es como algunos de esos hábitos que consideramos "malos" podrían haber sido útiles en las infancias de nuestros padres. Por ejemplo, uno de los presentadores habló de su problema con la sobrealimentación y dijo que a lo mejor ese hábito vino de las experiencias con la pobreza que sus padres tenían cuando eran niños. En ese tiempo, tal vez era muy útil para ellos comer lo que tenían en cualquier momento porque muchas veces no sabían la próxima vez que iban a comer. Pero incluso una vez que sus situaciones habían mejorado y tenían más seguridad alimentaria, sus hábitos seguían igual, y algo que solía ser adaptativo llegó a ser maladaptativo.

En mi propia vida y las de muchos de mis parientes he notado un fenómeno similar con el acaparamiento. Ambos de mis abuelos paternos crecieron durante la Gran Depresión en los Estados Unidos y sufrieron pobreza extrema. Como resultado, adquirieron el hábito de guardar cualquier cosa que podían conseguir. En ese entorno, era un comportamiento esencial para sobrevivir. Pero luego, cuando la situación económica mejoró y consiguieron trabajos estables, seguían acaparando cosas como alimento, ropa, herramientas y demás, y los guardaron por todas partes de sus casas. En el caso de mis padres no es tan extremo, pero claramente fueron influidos por sus padres porque el sótano y el garaje de su casa están llenos de cosas que nunca usan pero no quieren tirar. He reconocido estas tendencias en mí mismo, y trato de tener conciencia de ellas y cambiar mi comportamiento, aunque tengo un largo camino por recorrer.

Pensar en esto me hizo dar cuenta de cuánto poco me conozco a mí mismo en realidad, a pesar de con qué frecuencia creo que lo hago completamente. Este tema de acaparar y ser desordenado es un gran ejemplo porque no reconocí la tendencia hasta que conocí a mi pareja hace siete años, cuando teníamos 17 años. Ella proviene de una familia más ordenada y minimalista, y acaso fue la primera vez que consideré que no todas las familias eran como la mía en este sentido. Empecé a preguntarme cuántas otras personas habían notado esta tendencia mía de ser desordenado sin que me diera cuenta, porque era un comportamiento totalmente subconsciente y automático.

Desde entonces he identificado muchos otros comportamientos que no había reconocido conscientemente, algunos inocuos y otros menos, e intento tener en cuenta cada día los que quiero cambiar. Pero cada vez que identifico algo nuevo, tiendo a pensar, "Vale, no me di cuenta de esto antes, pero seguramente ahora sí sé todo lo que hay que saber sobre mí mismo, ¿verdad?" Por supuesto, sin falta hay más para descubrir, y si alguna vez deje de desarrollar mi entendimiento de las maneras en que me comporto en mis relaciones y en mi vida no será porque haya logrado la iluminación, sino porque haya dejado de crecer como persona. Puede ser difícil tener humildad y ser honestos con nosotros mismos, pero es menos así cuando aceptamos lo poco que sabemos en realidad, y lo mucho que hay para aprender.

¿Qué piensa Usted? ¿Tiene hábitos y características que vienen de sus padres o la comunidad en que creció? ¿Qué cree de este tema del autoconocimiento y la introspección? Me encantaría escuchar cualquier pensamientos o experiencias que quiera compartir. ¡Gracias por leer!